jueves, 14 de enero de 2010

Los arboles, que importancia tienen

Los árboles nos proporcionan múltiples beneficios, entre los que destacaría la producción de oxígeno, la absorción de CO2, retienen y enriquecen el suelo con sus raíces, favorecen la lluvia, nos dan sombra en verano, son elementos fundamentales que garantizan la armonía y la belleza de los paisajes, inspiran a los poetas y, sobre todo, nos enseñan que existe otra estrategia vital distinta de la velocidad y la prisa, que consiste en la quietud, el sosiego y el equilibrio.
Pero quizá lo más importante es que los árboles extienden sus ramas para que en ellas se posen los pájaros y por ellas trepen los niños. Mary Swan escribió una novela titulada “The boys in the trees” y una preciosa canción de Carly Simon lleva ese mismo título. Existe también un movimiento de mujeres indias conservacionistas que se abrazan a los árboles, pues consideran que son el hogar del alma y una escuela de la vida en la que podemos crecer y madurar en todas las esferas, en mis años de juventud asistí varios veranos a aquellos campamentos que se efectuaban en este país subvencionados por el régimen, y de verdad que aprendí a querer a los arboles, recuerdo juegos con los ojos vendados, abrazando como las mujeres indias nos decían, después nos llevaban a otro lugar nos destapaban los ojos, y era una gozada ver como descubríamos el árbol al cual habíamos estado abrazados.
Miguel de Unamuno escribió: “hubo árboles antes de que hubiera libros, y acaso cuando acaben los libros continúen los árboles; y tal vez llegue la humanidad a un grado de cultura tal que no necesite ya de libros, pero siempre necesitará de árboles”, situación a la cual estamos a punto de llegar con el descubrimiento de los llamados libros electrónicos. Si existe futuro, me gusta imaginar a la humanidad como un árbol con todas esas raíces y ramas que se han desarrollado al fin en armonía y equilibrio, es difícil, pero no imposible, depende en gran medida de nosotros.
Los niños no han leído a Mary Swan ni a Unamuno, ni han escuchado la canción de Carly Simon, ni saben de la existencia del movimiento conservacionista de Bandana Shiva, ni conocen lo que pienso, pero se suben a los árboles porque intuyen todo ello y porque saben cosas que no necesitan haberlas aprendido.
Entre otro este es uno de los objetivos que quiere desarrollar, este nuevo movimiento social surgido en nuestro pueblo llamado ELECTORES, ser como un gran árbol, que proporcione beneficios a los vecinos de Alhaurín de la Torre, que enseñe y demuestre que existe otra forma de hacer las cosas, de verdad es un proyecto ilusionante, y merece la pena, apoyarlo.
Un saludo
Agapito

miércoles, 13 de enero de 2010

UNA FORMA DE SER QUE CAMBIO

Como hemos cambiado las personas en general y los malagueños en particular, nuestra forma de ser y actuar.
Donde los cambios han resultado más espectaculares ha sido en el propio sentido que los malagueños de mitad de los años cuarenta del siglo pasado daban a cada existencia. Se vivía para otras cosas y otros distintos eran los fundamentos de la filosofía urbana, que no la existencial.
Por ejemplo, se creía en cosas y había ilusión por las cosas menudas. Una pequeña fiesta se amenizaba con el jazz-band (aquí el “yamba”), en un patio de vecinos, con dos bombillas de 60 vatios y energía de 120 voltios de la hidroeléctrica del chorro, podría constituir la razón para vivir ilusionadamente toda una semana y durante los simples preparativos de la misma.
Aquellos patios emporlaos (de porla, del cemento procedente de Portland) eran, durante la fiesta del jazz-band, todo un lujo. El pasodoble, la mazurca, el pasacalle, el chotis, el tango y cuando le llego el turno al slow,la samba y el bolero, fue la leche, que sonidos, con trompetas, con agudos, acordeón, saxo.
Y los jóvenes bailones de entonces, aquellos que necesitaban todo el patio para danzar con su pareja, como la asían por la cintura y giraban y giraban. ¿ Se puede entender esto hoy en una discoteca?
Como ha cambiado todo, ¿se acuerdan del luto? Como se ha cambiado en este aspecto, la forma que se tenia en vestir de luto, las viudas con luto riguroso, se cubrían la cabeza con la llamada “pena”, una especie de manto de crespón negro sujeto la cabello con alfileres, incluso a las niñas se les vestía de luto. En una ocasión allá por principios de los 70 del siglo pasado, conocí a una mujer del pueblo de aquí de Alhaurín que tendría entonces más de 50 años y me comentaba que había estado prácticamente toda su vida vestida de luto, primero se habían muertos sus abuelos siendo una niña, y sus padres la habían vestido de luto como era costumbre, después seguidamente antes de pasar 2 años seguidos tuvieron la desgracia de morir sus padres tíos etc., total que nunca más se quito el luto, incluso a su boda fue vestida de negro, curioso verdad, en definitiva en aquellos años una niña sin padre tenía que demostrar públicamente su condición de huérfana.
Los hombres eran más discretos, recuerdo a mi padre y tíos cuando murieron mis abuelos con un traje oscuro y un brazalete como los que se ponen los capitanes de los equipos de futbol en los partidos, pero negro sobre la manga de su americana.
Viendo todo esto hoy en la distancia, verdad que sería impensable esa forma de actuar hoy.
Un saludo
Agapito