Existe la maldad de comentar y decir una mentira y
falsedad sobre una persona o un colectivo, y se comienza con fuerza a repetirla
con el propósito y objetivo que cale entre los ciudadanos, estos ni se molestan
en analizarla ni siquiera a contrastarla, y éte ahí que algo que era una
falsedad llega a aceptarse por un buen grupo de la sociedad como una verdad
evidente.
Especialmente esta forma de actuar y de distorsionar la
realidad, se da entre aquellos que les encantaría que no existiera la libertad,
sino todo lo contrario, que todos y todas tuvieran o fueran dirigidos en la
misma forma de pensar.
El pensamiento único está muy arraigado en las religiones,
especialmente en aquellas que tienen estructuras de sectas, pero también lo
encontramos en el mundo de la ciencia,
la economía y la política, decía Abrahán Lincoln que, “La democracia es el
gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, ahora bien me pregunto, si
efectivamente esto es así, la democracia
es una forma de gobierno que debería permitir la máxima participación y control
de la ciudadanía posible, ¿por qué en el terreno de lo económico son solo unos
cuantos los que toman decisiones que van a afectar al resto de las personas?, y las decisiones
que vemos que toman en vez de estar orientadas al bienestar social de la mayoría,
están enfocadas a obtener el máximo beneficio posible en el menor tiempo
posible, para una minoría.
Hablan y preconizan lo que llaman “Mercado Libre”, cuando
en realidad están imponiendo una estructura económica mundial en la que solos
unos cuantos son los que toman las decisiones sobre el resto.
Esto produce unos efectos perniciosos, la brecha entre
ricos y pobres cada vez es más pronunciada, y dentro de los países que se autodefinen
desarrollados encontramos unas bolsas de
pobreza extraordinariamente grandes, y estos
son los efectos sociales que se generan en gran parte por eso que llaman eufemísticamente
“Mercados”, esto se produce porque estos “Mercados” lo que buscan
principalmente es rentabilidad, y con ese objetivo en mente, especulan, las
empresas se pasan de un país a otro sin más, porque busca rentabilidad, y les
importa tres cominos el Bien Común.
Y si nos vamos al terreno de la política estos ya es cada
vez más evidente, en la mayoría de los partidos el pensamiento único es lo que destaca,
la crítica ni aparece, aquellos que osan poner en tela de juicio una idea o
abogan por la participación y el debate,
están inmediatamente en el ostracismo, lo más curioso del asunto es que una
gran masa social sin ni siquiera analizar las leyes y reglas que nos imponen las defienden, el porqué, es difícil a veces de
entender, aquí los partidos igual que algunas religiones imponen aquella máxima
de ·el que no está conmigo es que está contra mí”, por lo tanto no hay dios que
disienta del líder, consejero o ministro de turno.
Contra esta forma de pensar y actuar está el llamado
pensamiento crítico, es decir, analizar, contrastar, buscar información, llegar
a una conclusión y tomar nuestras decisiones basadas el conocimiento real de
las cosas, entender las cosas nos ayuda a descubrir la verdadera intención detrás de las ideas.
En conclusión deberíamos trabajar hacia el logro de tener
una sociedad crítica y participativa, y desterrar el “pensamiento único”, de
esta sociedad en la que nos ha tocado vivir.
Un saludo
Agapito