Me levante aquel 20 de Noviembre de 1975, y como cada mañana
iba con tranquilidad, (me gusta madrugar), a coger el autobús que me llevaba
desde Torremolinos a Málaga a mi trabajo, automáticamente como era costumbre de
varias semanas ya, me paraba en la cabina de teléfono que había
justo antes de llegar a la estación de autobuses, marcaba el numero de
información para escuchar el último parte médico de “nuestro caudillo”, que
agonizaba en el hospital de la Paz en Madrid. Aquella mañana mi corazón se
acelero, lo normal era escuchar: " su
excelencia el generalísimo, y el curso de sus constantes de presión arterial,
venosa central, frecuencia y ritmo cardíaco no han experimentado modificaciones
sustanciales desde el ultimo parte, el proceso pulmonar se mantiene estable,
continuando el tratamiento con respiración asistida. Ha finalizado la sesión de
hemodiálisis con buena tolerancia y eficacia. El pronóstico no se ha
modificado".
Franco agonizaba y toda
España estaba expectante de cuando ocurriría por fin el desenlace, Éramos
conscientes de que el mundo que vendría después de su muerte seria otro,
estábamos seguro que habría una amnistía, que se echaría a la calle de
aquellas cárceles franquistas a los rojos, sí, aquellos que decían tenían rabo, cuernos y
tridentes satánicos.
Yo recordaba las palabras
de mi padre que me decían: “el día que se muera franco y se pueda hablar sin
miedo, la gente se van a poner las manos en la cabeza, cuando se sepa de verdad
las barbaridades que se hicieron durante la guerra y años después”.
Aquella mañana de 20 de
Noviembre, mi corazón dio un vuelco pues lo que escuche fue: “desde el último
parte médico la evolución de su excelencia el generalísimo, continua empeorando
progresivamente, aparecieron tratarnos………………………., y a las cinco horas y 25
minutos sobrevino una parada cardiaca irreversible, después explico el
diagnostico final y dijo en Madrid a las 7 y 30 horas del día 20 de noviembre
de 1975, el equipo médico habitual.
Me puse muy alterado, el
dictador había muerto, sabía que en España ahora se abría la posibilidad de
cambiar la historia por venir, había desaparecido el escollo que impedía
democratizar el país, teníamos una oportunidad de oro para sacar a España del
ostracismo internacional en el que había estado inmersa durante 40 años.
Entre todos empezamos a
trabajar y a poner nuestro granito de arena para poder llegar a esa
democratización, con los años llego la normalidad a la sociedad española y
una llamémosle: “democratización”
blanca, pero también con ella llego la amnesia y un montón de sabandijas del
antiguo régimen franquista se quedaron en puestos de poder y decisión
mangoneando y haciendo negocios de todo tipo.
Hoy después de más de 37
años de este suceso y después de pasar multitud de situaciones que han estado a
punto de llevar al traste esta democracia “blanca”, que entre todos ayudamos a
construir, tenemos que concordar que nuestra “democracia no huele bien.
Y no huele bien porque es
inaudito que personajes en muchos casos ya probados y en otros esperando las
condenas judiciales, estén o hayan estado dirigiendo y administrando este país,
personajes como: Urdangarin, Rato, Matas, Pujol, Bárcenas, Correa, Bigotes,
cachuli, etc. etc. etc., los cuales nos llevan a enterarnos que muchos de estos personajes con
sus artimañas y chanchullos han beneficiado a los: Rajoys, Matos, Blancos, etc.
etc. etc.
Y ahora resulta que van a
hacer un pacto para evitar la corrupción, señores el único pacto que se debería
hacer es el que sea para beneficiar a la ciudadanía, a los corruptos y a la
corrupción hay que denunciarlos, no decir que pongo las manos en el fuego por
este o aquella, que no me consta, o que peor lo haces tú y la gente de tu
partido.
La impunidad en la que se
mueven los sinvergüenzas, es la prueba definitiva que nuestra democracia está
en decadencia, la obscenidad se ha instalado en el poder, la mentira es la
forma habitual de actuar de nuestros gobernantes y administradores de esta
democracia, ha llegado la hora de intervenir, tenemos que defender la
democracia de estos llamados “demócratas”, tenemos que entre todos quitarle
este mal olor en el que está inmersa.
Tenemos que hacer algo, no
quedarnos pasivos y quejarnos, tenemos que defenderla de los antipoliticos de
despachos y hemiciclos.
En definitiva ayudemos a
quitar es mal olor que tiene nuestra democracia.
Un saludo
Agapito