Comienza una nueva semana, ya se termino la que llamamos
semana “santa”, todo volverá a su cauce, retiraran las sillas de las calles que
se pusieron para ver pasar a los tronos con sus penitentes y autoridades en procesión,
los chiquillos, los jóvenes y los menos jóvenes vuelven a sus clases en las
escuelas, institutos y universidades.
Estaremos escuchando por varias semanas todavía chirriar los
coches al tomar las curvas en nuestras ciudades, el motivo es la cera que se ha
desprendido de las velas que portan los nazarenos, y ahora empiezan las
discusiones, que si los políticos y representantes de los municipios deberían o
no acompañar a los titulares, (entiéndase imágenes), de las cofradías en sus
representaciones públicas, que pintan un alcalde votado y gobernando para todo
un pueblo, creyentes y no creyentes se preguntan algunos, detrás de un trono
con su traje y bastón o palmatoria.
A ambos, los que critican que lo hagan, y los que apoyan
esta iniciativa se les olvida algo, en primer lugar aquellos que critican esta
iniciativa no deben olvidar de que vivimos nos guste o no en una sociedad la
española, dominada por las creencias católicas, y entiéndase que católico no es
sinónimo de cristiano, católico es ser seguidor de unas creencias y de unos líderes
que en su día (325 EC) se apropiaron de las ideas de un movimiento en alza el cristianismo
una secta judía de seguidores según decían de un tal Jesus al que denominaban
el Cristo o el Mesías y que supuestamente habría sido ejecutado por los líderes
judíos aproximadamente en el 40 EC.
Con el surgir de la Iglesia Católica comienzan las
celebraciones mezcladas con las tradiciones de cada pueblo o región y se van
arraigando en la sociedad ya por casi 1700 años, surgen las manifestaciones públicas
populares dignas de todo respeto, y después de ver las diferentes reacciones de
los cofrades cuando no pueden salir sus tronos con las imágenes, hay que
admitir que la gente lo siente de corazón, a algunos nos resulta chocante sin
duda, pero lo mismo ocurre en otros aspectos de nuestra vida, y si no vean las
reacciones de algunos en los eventos deportivos. Así que a aquellos que nos resulta
chocantes ver a concejales con bastón, y concejalas con mantillas detrás de las
procesiones, no tenemos más remedio que respetarlo, y concluir que nos guste o
no forma parte de nuestro folclore y tradiciones, y que a diferencia de otras
tradiciones afortunadamente en estas no se matan animales, como mucho algunos
se autoflagelan mientras los demás lo miran.
Lo que sí es incomprensible es ver a concejales y concejalas
de partidos e ideas opuestas a las diferentes religiones detrás en calidad de
su cargo, no como meros penitentes, sino como representantes de todo un
municipio, pero bueno así es el ser humano en general incongruente con sus
ideas y actuaciones y a estas alturas nada va a cambiar.
Y aquellos que apoyan estas apariciones e iniciativas e
incluso llegan a tildar al que no piense como ellos de talibán o terrorista,
recordarles que el respeto es necesario e imprescindible para la convivencia y armonía
en la sociedad, que efectivamente cada cual puede hacer de su capa un sayo,
pero usar el dinero de todos los contribuyentes, para promocionar una creencia
en particular no es muy estimulante hacia los demás, que no olviden que si
asisten en calidad de representantes y critican a quien no lo hacen deberían asistir
a las sinagogas, mezquitas y cultos varios que también se desarrollan en
nuestros pueblos, así que respeten a quien piense diferente, pues con el
insulto y la descalificación no se llega a ningún sitio, o si, se llega al odio
por parte del “contrario”.
Ahora después de terminar la semana “santa”, a nuestra
rutina a nuestros quehaceres, los más jóvenes a sus estudios los menos jóvenes y
que tiene suerte de disponer de un trabajo a su actividad, los representantes públicos a su
labor ayudar a mejorar la sociedad, en definitiva, que la vida sigue las mal
llamadas semanas “santas”, seguirán pasando, pero nos animamos porque sabemos
que el buen tiempo se acerca y en breve vendrá el verano, y con el de nuevo las
vacaciones.
Un saludo
Agapito
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