lunes, 7 de junio de 2010

Un amigo de verdad se fué

Hay un dicho popular que dice que: “La esperanza es lo último que se pierde”, pero para que la esperanza tenga éxito hay una cosa imprescindible, y esta es la reflexión. Pero tristemente lo que hoy se impone es todo lo contrario, hoy lo que prima es lo inmediato, aquello que es urgente, es lo que más prima, resultado: no queda tiempo para un pensar meditado.
A lo largo de mi vida, he convivido con numerosas personas, me he movido en grupos formados por gentes de todo tipo y estamentos sociales, he participado en eventos con cientos de miles de personas, he llorado, reído y tratado de ayudar a miles de personas.
Pero ahora a mis 58 años tengo que reconocer después de una profunda reflexión que a pesar de tanta gente como he conocido y tratado a lo largo de mi vida, amigos, lo que se conoce como verdaderos amigos, con los dedos de las dos manos tengo suficiente para contarlos.
Me hago esta reflexión ahora porque me acaba de llegar la noticia que uno de ellos, uno de los que más me ha ayudado en estos últimos diez años de mi vida se acaba de ir de este mundo, y de verdad que la noticia me ha llenado de una gran tristeza.
Se llamaba Raymond Franz, era un hombre extraordinario, no tuve la oportunidad de conocerlo en persona, pero si hable con él por medio de este invento tan fenomenal que es internet, nos carteamos por medio de emails, y llegue a tenerle un profundo aprecio.
Él fue una persona que estuvo en el grupo administrativo o dirigente de una organización religiosa y fue excomulgado de ella por su integridad a Dios y a Cristo, y lejos de llenarse de ira y de resentimiento busco la forma que esa experiencia fuera de ayuda a muchas personas. Escribió "Crisis de Conciencia" con el objetivo de dar a conocer hechos que le toco vivir muy de cerca, nunca busco entre sus objetivos hacer que otras personas abandonaran la religión o grupo religioso al que pertenecieran sino todo lo contrario siempre busco el estimular a los demás a fortalecer sus creencias en Dios y en Jesús, esto lo logro presentando los hechos de una forma objetiva y clara para que los lectores tomen su propia decisión basados en su conciencia personal.
Las personas que como yo tuvimos la oportunidad de conocerlo sea de manera personal o vía electrónica, damos fe de su honestidad y sinceridad, y sobre todo de su profundo compromiso con la verdad de Dios que se haya en las escrituras.
Su otro libro "A la búsqueda de la libertad cristiana" ayudó a muchos poder vivir su cristianismo libre de las ataduras del dogma surgido en la tradición de los hombres para así enfocarse de lleno en una relación personal con Dios Nuestro Padre a través de Su Hijo Cristo Jesús.
Ninguna de las personas que le conoció pudo negar que él como persona se esforzara por ser un buen cristiano y -hasta el final de sus días- estuvo ayudando a muchas personas a mantener un punto de vista equilibrado y de usar su conciencia a la luz de las escrituras mediante el espíritu santo de Dios. Nunca forzó a nadie a creer lo mismo que él, ni se consideró él mismo un erudito o maestro, mostró una humildad que muchos quizás carecen de ella.
En este mi blog, ya he dejado constancia en anteriores escritos de algunas de las vicisitudes relacionadas con lo físico a las que me he enfrentado a lo largo de mi vida, y lo claves que han sido las personas que se encontraban a mi lado en aquellos momentos para salir adelante; nunca he tocado nada relacionado con el aspecto espiritual de mi vida, y en este campo es en el que este excelente hombre y mejor persona me ha ayudado.
Siempre le estamos prestando atención al aspecto físico de nuestras vidas y con frecuencia olvidamos el espiritual, y es en este apartado tan imprescindible y necesario que Raymond Franz fue determinante en mi vida, y en el rumbo que emprendí hace ya 10 años.
Debido a que como comento en el comienzo de esta reflexión la esperanza es lo último que se pierde, espero con todo mi corazón que Raymond Franz, se encuentre descansando en el sueño de la muerte, esperando que algún día las maravillosas promesas bíblicas se hagan realidad y podamos disfrutar juntos de su excelente compañía.
Mientras tanto el resto de tiempo que se me permita estar en esta tierra voy a usarlo como ya en su día le prometí a él; ayudar dentro de mis posibilidades a hacer de este mundo un lugar mejor para vivir; procurar que aquellos a los que de verdad aprecio estén contentos, y a los que no me aprecian a mí a no molestarles, mientras tanto animo a aquellos que lo deseen a que visiten la página de : http://www.commentarypress.com/, donde podemos encontrar libros publicados por Raymond Franz que de seguro nos ayudaran a recapacitar en la manera en la cual estamos dirigiendo nuestros esfuerzos.
Un saludo
Agapito

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