domingo, 6 de junio de 2010

Fundamentalismo Democratico

Siempre que escuchamos la palabra “Fundamentalismo”, pensamos principalmente en un fenómeno inicialmente religioso, que se produce en sistemas rígidos de creencias, y de manera especial en las religiones monoteístas.
Pero resulta que ya hace tiempo que nos lo encontramos en todo lugar de nuestra sociedad y la razón es porque ha entrado de lleno en esfera social y en el combate político, aliándose con lo que se conoce como, el “neoconservadurismo”
Se dice de él que es “fundamentalismo democrático” porque abarca o incluye la absolutización e imposición, incluso violenta, de un determinado modelo de democracia.
Lo más preocupante y peligroso del fundamentalismo, amén de su carácter violento, es que está instalado en las cúpulas de nuestra sociedad en la, de las religiones, de la economía y de la política.
Hay una amplia variedad de personajes y personajillos de este mundo que encajan dentro de este este abanico amplio de individuos que se les aplica o se le puede aplicar este epíteto o cualidad objetiva, y la razón es porque los define o nos indica la cualidad característica o propia del individuo en cuestión. Recodemos a los tristemente famosos, Bush, Blair y Aznar, que en contra de todo el mundo mundial, y en contra de toda lógica y razón se empeñaron, en “llevar la democracia al Oriente Medio”, y a que por fin “la tiranía terminará en este tierra”.
Se ve que no tuvieron éxito, pues la situación en Oriente Medio y en el resto de países en los que han intervenido está cada vez peor y más complicada.
Este tipo de personajes “fundamentalistas”, eso sí muy “democráticos”, pero fundamentalistas, son en gran parte responsables del desastre que estamos viviendo en el ámbito económico y social al que hace referencia en su artículo el señor Bukowski, por este motivo deberíamos seguir su consejo, “despertar”, es decir actuar en consecuencia de lo que deseemos, rebelarnos contra lo y los que quieren imponernos, sus puntos de vista, esto por muy democrático que parezca, ya está bien de comulgar con ruedas de molino.
Demostrémosle a nuestros administradores que la democracia no implica imposición, que el respeto y el buscar el bienestar de todos es primordial en una sociedad democrática.
Un saludo
Agapito

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