Sócrates fué un personaje que enseñó a pensar, a buscar la verdad y a saber que es posible alcanzarla. En realidad mostró la esencia del verdadero pensador o filósofo, el que busca realmente la verdad y que no se conforma con la retórica o la simple apariencia de las cosas.
En la antigua Grecia existía una clase de maestros conocidos con el nombre de sofistas. Como su nombre indica, se suponía que eran maestros en sabiduría. (La palabra sophistes significaba maestro en sabiduría, como tales se presentaban estos señores que andaban de lugar en lugar, participaban en la política y cobraban por sus lecciones. Sabían o simulaban saber de todo: astronomía, geometría, aritmética, fonética, música, pintura. Pero su ciencia no buscaba la verdad sino la apariencia de saber porque ésta reviste de autoridad). Usaban su retórica para defender cierto argumento solo para convencer a su audiencia, pero sin importarles si estaba basado en la verdad o no. Eran escépticos y relativistas, pues no creían que fuera posible alcanzar una verdad que fuera válida para todos. No parece que las cosas hayan cambiado mucho desde entonces, sobre todo porque semejante actitud puede seguir observándose en muchos personajes y a veces en líderes políticos y religiosos.
Sin embargo, un contemporáneo de los sofistas, Sócrates (470 AC), los denunció por tramposos y falta de rigor. Él creía que la verdad moral de las cosas debería buscarse por inducción, es decir, yendo de lo particular a lo general; si trataba el asunto de la justicia cuando hablaba con varias personas, les animaba a que expusieran ejemplos concretos de la vida diaria que mostraran lo que es específicamente justo; entonces todos podían llegar a una conclusión correcta. No se conformaba con decir si algo era justo; preguntaba a su interlocutor por qué lo era y entonces le obligaba con ello a una definición del concepto de justicia. Así, por el argumento inductivo y la definición general apelaba a buscar juntos la verdad; enseñó a pensar, a buscar la verdad y a saber que es posible alcanzarla. En realidad mostró la esencia del verdadero pensador o filósofo, el que busca realmente la verdad y que no se conforma con la retórica o la simple apariencia de las cosas.
Aunque han pasado ya muchos siglos desde entonces, la humanidad sigue siendo la misma en sus necesidades básicas; sin duda por tanto, muchos “Sócrates” siguen siendo todavía necesarios, y son muchos los “sofistas” que nos sobran.
Un saludo
Agapito
http://malaga-al-andalus.blogspot.com/
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