sábado, 12 de diciembre de 2009

Que oiriamos si Dios nos hablara

Pensaba el otro día que si pudiéramos escuchar o oír a Dios porque nos hablara de una manera audible o literal, no de la forma que las religiones nos dicen que nos habla y le escuchamos, me imaginaba que quizás oiríamos algo así: “hola soy Dios y hace tiempo que quiero deciros cuatro cosillas, listillos, estoy tan arto de vosotros que ya no lo puedo de dejar pasar más.
Os pasáis media vida pidiéndome ayuda para cosas que podéis resolver perfectamente solitos, que si aprobar un examen, que si encontrar un novio, et…, currároslo un poquito y dejad de tocarme las narices.
Os pasáis la otra media vida pidiéndome explicaciones de cómo puedo permitir que sucedan cosas de las que vosotros mismos sois responsables, que si el cambio climático, va a destruir la tierra, que si las personas que mueren en las guerras, de hambre, enfermedades, etc. Yo cuando os cree no os dije que os forrarais a costa de perjudicar a los demás, ni a hostias ni os mataseis, más bien creo recordar que os grabé en piedra unas sencillas instrucciones, y de hecho, en una, ponía lo contrario. Os recuerdo que las guerras os las montáis vosotros solitos, nadie os manda conducir borrachos y a ver a quien se le ocurre picar en cachos las hojas secas de las plantas y hacerlas rollitos para prenderlas y meterse el humo para adentro…, pues a vosotros, a mí jamás me ha dado por hacer semejante cúmulo de tonterías por no decir otra cosa.
Yo creí que aún siendo imperfectos y limitados esto se entendía bien, pues no, al parecer no se entiende. Tampoco os entra en vuestra dura cabezota que las religiones, todas, os las habéis inventado vosotros, yo no he escrito ningún libro ni sagrado ni profano, ni le he mandado a nadie hacerlo. No sé para qué narices os hice racionales, os creéis la primera chorrada que os cuentan…
Cuando castigo a los malos soy un rencoroso y un malvado, luego me lo curro de buen rollo y perdón y resulta que soy un lilas y mi hijo un hippy. Con vosotros no hay manera de acertar.
De verdad que me tenéis estresado, así que no os extrañe que no os haga mucho caso. Tampoco es que tenga nada más ni mejor que hacer, pero sinceramente, hijos míos… es que dais mucho por saco.
Escrito con todos mis respeto y cariño para creyentes, poco creyentes y nada creyentes, y sin ánimo de ofender.
Un saludo
Agapito

No hay comentarios:

Publicar un comentario